Érase una vez una ciudad llamada Sevilla en la que casi nunca llovía. Siempre relucía el sol y la gente disfrutaba de su clima. Las calles estaban llenas de personas paseando y jugando. Pero llegó este invierno, y el clima cambió. De repente aparecieron muchos días de lluvia, y de lluvia, y de más lluvia. Así, pasaron unos días, unas semanas, y hasta meses, y....
Un día salió el sol y el arco iris, y así toda la gente iba a andar en bicicleta, al parque, a la tienda de helados fresquitos, andaban en moto... y también podían ir a la playa en coche.
Y colorín colorado, el que no levante el culo se le queda pegado.
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