¡Hola a tod@s!
Hemos terminado también, el cuento de la semilla (también de Jaime de Vara del Rey), ¡esperamos que os guste!:
LA SEMILLA
Había una vez un niño y su papá que tenían un pequeño jardín justo a la puerta de su casa. Todos los días lo regaban juntos y le echaban abono cada quince días para que crecieran flores fuertes y hermosas.Un buen día llegó a la ventana del niño un pájaro que llevaba algo en el pico. Lo dejó caer en el alféizar de la ventana y salió volando de nuevo. El niño cogió cuidadosamente aquel objeto, lo observó por arriba y por debajo. Como so sabía qué podía ser aquello, se lo preguntó a su papá.¡Es una semilla! dijo el papá. Entonces el niño y su papá, enterraron la semilla en una macetita y, la regaron, y con la ayuda del sol, la planta un día creció, el pajarito fue a su casa a verla, el niño era feliz de ver que el pajarito visitaba a los dos, pronto la planta se hizo mucho mayor y ¡cual fue su asombro!, que se dieron cuenta que era un girasol, la mamá del pajarito empezó a visitar la planta también a picotear de ella.
Del girasol brotaron unas hermosas pipas, ¡riquísimas!, que el niño pudo tostar con su padre y comer. Desde entonces el girasol, el pajarito y el niño, son grandes amigos, porque se cuidan un@s a otr@s.
Había una vez un niño y su papá que tenían un pequeño jardín justo a la puerta de su casa. Todos los días lo regaban juntos y le echaban abono cada quince días para que crecieran flores fuertes y hermosas.Un buen día llegó a la ventana del niño un pájaro que llevaba algo en el pico. Lo dejó caer en el alféizar de la ventana y salió volando de nuevo. El niño cogió cuidadosamente aquel objeto, lo observó por arriba y por debajo. Como so sabía qué podía ser aquello, se lo preguntó a su papá.¡Es una semilla! dijo el papá. Entonces el niño y su papá, enterraron la semilla en una macetita y, la regaron, y con la ayuda del sol, la planta un día creció, el pajarito fue a su casa a verla, el niño era feliz de ver que el pajarito visitaba a los dos, pronto la planta se hizo mucho mayor y ¡cual fue su asombro!, que se dieron cuenta que era un girasol, la mamá del pajarito empezó a visitar la planta también a picotear de ella.
Del girasol brotaron unas hermosas pipas, ¡riquísimas!, que el niño pudo tostar con su padre y comer. Desde entonces el girasol, el pajarito y el niño, son grandes amigos, porque se cuidan un@s a otr@s.
No hay comentarios:
Publicar un comentario